Recién elegido como hermano mayor de la Hermandad la Humildad, Francisco Román Chacón nos cuenta cómo ha llegado al cargo, cómo lo afronta, qué proyectos tiene junto con su junta de gobierno y cómo se siente, entre otras cuestiones.
Su trayectoria cofrade prácticamente siempre ha estado vinculada al mundo del costal, viene de una familia creyente, pero ninguno ha estado nunca en el entorno de ninguna hermandad, aunque Francisco recuerda salir todas las Semanas Santas con sus padres y su hermano y fue ahí, donde empezó a entrarle el gusanillo. Desde pequeño, y respetando a todas las demás hermandades, confiesa que la que más le llenó fue la Humildad, mantiene el recuerdo de cuando iba a verla recoger el Viernes Santo de mañana, aunque reconoce que le gusta más la seriedad que tiene la hermandad desde que sale por la tarde.
Allá por el año 2000, habló con un vecino conocido como el Mosca, para ver si podía ir con él a la igualá donde tuvo la suerte de entrar. Para Francisco fue algo muy grande el pertenecer a la cuadrilla de la Virgen de los Dolores, la que le cautivó con su mirada y ese gran palio negro de cajón. Una vez pasada la Semana Santa de aquel año, comenzó a participar en el desmontaje de los pasos y a ayudar en la hermandad, lo que le encantó gracias al buen ambiente que allí se respiraba y el trato que recibió desde el principio. Cada vez comenzó a participar más en la vida de hermandad de la que se hizo hermano, siempre estando disponible para todo lo que la corporación del Viernes Santo necesitara.
En 2009 de la mano de Paco Pino, fue cuando por primera vez, perteneció a una junta de gobierno como diputado de juventud, después ha seguido con Enrique y Mari, ejerciendo los cargos de prioste y fiscal en estos últimos años.
También es hermano de la Hermandad del Santo Entierro en la cual lleva tres años de costalero y hermano de la Asociación de fieles de la Virgen del Rosario. Asu vez, también pertenece a la cuadrilla de costaleros de la Virgen del Mayor Dolor en la que lleva bastantes años, teniendo que hacer un parón de seis años por el nacimiento de su hija, puesto que es la hermandad a la que pertenece su mujer y el Lunes Santo se quedaba con la pequeña mientras su mujer realizaba su estación de penitencia, hermandad en la que sus tres hijos, al igual que en la Humildad, pertenecen a su nómina de hermanos.
¿Cuándo y por qué decidió presentarse a hermano mayor de la Humildad?
Empecé a planteármelo el pasado Corpus pero no dije nada, la única persona a la que se lo comenté fue a mi mujer que creo que debería ser la primera en saberlo, puesto que es un cargo que requiere mucho tiempo y con tres niños es para pensarlo bastante. Ahí fue cuando ella me dijo que contara con su apoyo, siempre me acompaña en mis decisiones y desde aquí, quisiera darle las gracias por estar siempre. Entonces por octubre, fue cuando decidí ponerme manos a la obra para componer la nueva junta de gobierno, no obteniendo ningún no por respuesta, también agradezco desde aquí a todos los que me acompañan por aceptar el cometido de responsabilidad con la hermandad.
¿Como ha sido el proceso hasta llegar a ser hermano mayor?
El proceso ha sido bastante positivo, empezamos a trabajar la candidatura a finales de octubre y entonces fue cuando empecé a designar los cargos de todos y cada uno de los que me acompañan, gracias a Dios no me lo han puesto muy difícil.
¿Como se siente tras su elección?
Me siento agradecido. No puedo sentirme de otra forma que dando las gracias a todos y cada uno de los que me han mostrado su cariño tanto en el cabildo de elecciones, como en todos los mensajes recibidos y llamadas de teléfono. Son esas muestras las que me motivan a creer que se va por el buen camino. Quiero pensar y creo que el Santísimo Cristo de la Humildad y María Santísima de los Dolores habrán hecho el resto.
¿Como afronta el cargo?
El objetivo lo tenemos claro y no es otro que seguir la línea ya marcada, formamos una junta que mezcla veteranía y juventud, algunos por primera vez y otros que vuelven tras un tiempo. Intentaremos que la hermandad esté viva para todos sus hermanos y les sirva de referencia espiritual donde encontrar una familia en convivencia fraterna. Por supuesto, estaremos para cualquier tipo de ayuda o colaboración que esté a nuestro alcance, sin olvidar los tres pilares fundamentales como son el culto, la formación y la caridad.
¿Qué proyectos tiene junto con su nueva junta para los próximos años?
Proyectos vienen muchos y muy bonitos gracias a Dios. Somos una hermandad que no para, estamos metidos en la restauración de San Juan, también tenemos el proyecto de nuevo manto para la Virgen de los Dolores que, si ella quiere, lo estrenará la próxima Semana Santa. Uno de los retos más importantes es el gran proyecto de sacar la Borriquita en el que estamos muy ilusionados.
¿En qué momento creé que se encuentra su hermandad?
Bajo mi humilde opinión, creo que la Hermandad se encuentra en un gran momento, así por lo menos es como lo percibimos desde dentro, Los años y nuestros predecesores habrán hecho su trabajo para dejarnos el gran legado que a día de hoy podemos disfrutar. Somos una hermandad muy viva tanto en cultos en los cuales acuden muchos hermanos y cada vez más jóvenes, como en actividades; la concentración de coches clásicos que cada año está cogiendo más prestigio y en la que colaboran muchos hermanos; ropa de Reyes Magos en la que desde estas líneas agradezco a todas y cada una de las mujeres y hombres que componen el taller de costura de la hermandad con el enorme esfuerzo que hacen desde noviembre hasta Enero desinteresadamente. En definitiva, somos como he dicho antes una familia en todos los sentidos, la familia Humildad como nos gusta decirnos.
¿Qué significa para usted la hermandad de la Humildad?
Para mí la hermandad de la Humildad es mi familia. Desde que empecé a formar parte, me acogieron como si llevara allí toda la vida, la percibo como mi familia, al fin y al cabo, todos somos hermanos en Cristo. Cuando me surgen las dudas, me gusta irme a contarle a mi Cristo de la Humildad, de Ánimas y a mi madre la Virgen de los Dolores, los problemillas, pedirles por alguien enfermo y también pedir por los que ya no están con nosotros, es el hogar cálido que me acoge y restaura mis fuerzas desgastadas.