De hebrea, para la Cuaresma

Con la llegada de una nueva Cuaresma se vienen a la mente multitud de imágenes que marcan los ritos propios de este tiempo litúrgico. Las priostías empiezan a trabajar de cara a unos cultos en los que intentan ensalzar a Dios y a su Madre.

Por la propia esencia del tiempo cuaresmal, de ayuno, recogimiento, meditación y reflexión, las iglesias y hermandades se revisten de sencillez y austeridad, algo comprobable en las imágenes marianas.


«Si se entra en cualquier templo, se podrá ver cómo las vírgenes visten de un modo llamado históricamente “de hebrea”»


Esta vestimenta está compuesta, en la mayoría de las veces, por una saya en tonos burdeos, un manto azul y las vistas en blanco, un tocado sencillo y despojado de joyas, un fajín de motivos hebraicos y tocadas con una aureola de doce estrellas. Este modelo fue creado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda para la Virgen de la Hiniesta Dolorosa a principios de siglo XX, teniendo mayor relevancia hacia el segundo cuarto de siglo.


«Lo que terminó de fraguar este modo de vestir a las imágenes de la Virgen fue la implantación en iconos devocionales de referencia, como la Macarena o la Esperanza de Triana»


Aunque como anteriormente se ha dicho el modelo clásico es con el manto azul, existen ejemplos en que esto varía, pudiéndose ver mantos verdes, morados o negros, además de otras variaciones, por ejemplo con la aureola, que puede cambiar por una diadema o un nimbo, o por el uso de tocas de tejidos que pueden recordar a lo hebraico por el uso de rayas.

El uso de esos colores responde a la iconografía de la Inmaculada Concepción, representándolas con ropajes color jacinto (rojizo) y azul. El primero de ellos hace referencia al amor y a la fuerza del Espíritu Santo, mientras que el azul a la virginidad, por tanto, en territorios hispanos el uso de estos colores para la época cuaresmal está de sobra entendido por la gran defensa que hizo España del Dogma Inmaculista. Las veces en las que el manto varía de color se producen sobre todo por la advocación, siendo verde cuando la Virgen es llamada Esperanza, o el negro cuando es Soledad.

Un detalle a tener en cuenta a la hora de vestir a una imagen mariana acorde al tiempo cuaresmal es que las que son de gloria no deben ser revestidas con este atuendo, pues está reservado a las dolorosas, ya que son las que tienen su razón de ser en esta época. Las imágenes gloriosas deben vestir en tono morado, que es el original para este tiempo, ya que representa austeridad, recogimiento y penitencia.