Fernando García García ha sido el encargado de anunciar con su pintura la Magna Mariana de Carmona y dar vida al programa de mano con sus láminas de cada una de las Vírgenes que participan en la procesión.
Fernando es un carmonense nacido en 1973, licenciado y doctor en Bellas Artes y profesor Titular del Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y del Programa de Doctorado Arte y Patrimonio. Sus líneas de investigación y creación giran en torno a las presencias del cuerpo en el arte contemporáneo, el retrato como práctica recurrente y a la docencia del dibujo, así como a la recuperación y reinterpretación del patrimonio iconográfico y visual. Imparte asignaturas vinculadas al estudio de la figura humana como Dibujo del Natural, Anatomía y Morfología o la asignatura Desnudo, Retrato y Construcción de Identidad en la Titulación de Máster en “Arte: Idea y Producción”, titulación que coordina en la actualidad.
¿Qué otros carteles ha realizado?
No recuerdo un número exacto, pero he realizado multitud de carteles a lo largo de mi carrera desde que pintara en 1998 el cartel del cincuentenario de la Hermandad de la Virgen de Gracia, he realizado carteles cofrades para las hermandades del Descendimiento, de Santiago, de San Blas, de la Esperanza o los de Semana Santa de Carmona en 2002 y 2008. También he realizado carteles para varias efemérides y fiestas populares, concursos de doma vaquera organizados por la Hermandad de San Felipe, El de Glorias de Sevilla en 2003, el de la Romería del Rocío de Almonte en 2011, etc. En los últimos dos años he pintado el del cincuentenario de la Hermandad del Santo Entierro, el de Feria de Carmona y de Guadajoz, el del Año Jubilar y 75 aniversario de la Hermandad de la Virgen de Gracia, el de Romería y Fiestas Patronales, el de Fiestas de primavera de este año 2023 y posteriormente el Cartel anunciador de la Magna Mariana
¿Cómo se sintió cuando le comunicaron el encargo del cartel de la Magna Mariana?
Pues tengo que confesar que tremendamente abrumado por la responsabilidad, habían funcionado bien los carteles anteriores y este encargo me daba mucho respeto, no puedo negar que ha sido un encargo difícil, un reto creativo. Agradezco al Consejo de Hermandades de Carmona su confianza al encomendarme tan importante misión.
¿Cómo ha sido el proceso de pintar el cartel?
Pues como expliqué en la presentación, el inicio fue una renuncia: los que me conocen saben de mi tendencia a concentrar mis carteles en el “retrato” de las imágenes representadas. El rostro y la figura es el terreno en el que me siento cómodo, sin embargo, en esta ocasión, la representación de trece figuras, cada una con su retrato, a modo de mosaico disperso no acababa de convencerme, por encima de mi afición personal por el dibujo de los rostros, debía prevalecer la solidez de la imagen unitaria. Así que opté por una imagen sólida, pintada en acrílico sobre tabla y que condensara una idea común compuesta de muchas sensibilidades. Además, esa idea de unidad me parecía la adecuada. No creo que la Magna Mariana de Carmona pretenda ser una celebración politeísta de muchas imágenes independientes, sino una celebración de la unidad, de María como figura única, como madre única que se traduce en cada una de sus advocaciones.
¿Dónde se ha inspirado?
En esta ocasión busqué la forma común donde poder representar esa unidad, además de la solemnidad y la majestad que la celebración requería. Existen formas simples y significantes, formas que se asocian en el imaginario colectivo. El pintor abstracto sevillano Ignacio Tovar estudió en muchas obras la forma totémica del manto, como forma abstracta significante, que llegó a concretar en su magnífico cartel de la hermandad de la Macarena de 2014 y que ha sido un referente indiscutible en esta obra.
El segundo elemento, la profusión decorativa vegetal que acompaña a nuestras vírgenes, la ornamentación, que lejos de ser algo superficial es parte fundamental para la expresión de su esencia, el vínculo con lo vegetal, con el crecimiento, con el nacimiento, con la tierra, con el eterno femenino. Nuestros bordados y nuestros candelabros parecen crecer y enroscarse como verdades orgánicas.
Un tercer elemento necesario, la referencia patrimonial, en este caso uno de los hitos de la procesión Magna Mariana del próximo 1 de julio, lugar de paso de toda la procesión, el arco de la puerta de Sevilla, cargado de historia, de solidez y de belleza con sus sillares de dorada piedra de Alcor. El dorado de la piedra y de los bordados nos lleva al cuarto elemento dominante y simbólico del cartel: la LUZ.
¿Qué significa para usted la figura de María?
La figura de María es tremendamente compleja a nivel, teológico, simbólico, emocional y sentimental. Es la condensación del concepto de la Madre por excelencia y la representación del ideal de la mujer trascendente, además ha sido siempre también un espejo de emociones comunes. En este cartel yo he tirado de la idea de María como portadora de luz. “Vestida de Sol” es el mantra que se repetía en mi cabeza en referencia a la mujer del Apocalipsis que se asocia a la imagen de la inmaculada y que fijó la iconografía Mariana. Vestida de sol, en este caso representado por las icónicas ráfagas de la Virgen de Gracia que parecen recibir a la forma común del manto, y que misteriosamente encajan, con la forma del arco de herradura apuntado de época almohade que preside la puerta de Sevilla.
En su interior encaja un segundo arco de luz, la aureola de María Auxiliadora, que enmarca una corona de “sol”, que no es ninguna en concreto pero que son todas las coronas.
¿Qué espera con el cartel?
Siempre espero que cumpla su función como cartel, destacando el acontecimiento, y también espero que quien lo vea se identifique con alguno de sus elementos, por cercanía de la hermandad de su barrio o por reconocimiento inconsciente de alguna forma que recuerda sin saber de qué. Los más implicados reconocerán las referencias: en la parte superior un palio, que en representación de todos los palios nos muestra un fragmento de bordado de bambalina de la Señora de los Dolores de San Blas, de la Señora de las Angustias de San Francisco y de María Santísima del mayor Dolor de San Felipe.
Bajo la corona, la toca cubremanto de la Esperanza da paso a un manto que despliega en la parte central superior los bordados de la Virgen de los Dolores de la Orden de los Servitas flanqueados por las flores bordadas del manto negro aterciopelado de María Santísima de los Dolores, de San pedro, que por un momento se vuelve azul en su parte izquierda acogiendo los bordados del manto que se coloca a la imagen de la Inmaculada de la Hermandad Sacramental en el mismo templo de San Pedro, para volver a aparecer en la parte inferior de este conjunto.
La fusión continúa en el despliegue de los mantos de la Virgen de la Paciencia de Santiago con sus característicos cardos que se entrelazan aquí con la profusión decorativa del manto de María Santísima de los Dolores de Nuestro Padre. Ambos se funden y confunden con los bordados del nuevo manto de la Virgen de la Soledad del Santo Entierro.
Flanqueando a la izquierda un candelabro de nuestra Señora y Madre del Rosario y a la derecha parte de un varal y el candelabro de la carreta de nuestra Hermandad del Rocío.
Confío en que todas las hermandades se sientan suficientemente representadas, al final todas son una, la rosa blanca y el emblema del Ave María así pretenden rubricarlo, como símbolos marianos por excelencia.
¿Hay una relación directa entre el cartel y los dibujos para el programa de mano de cada una de la Imágenes?
Los dibujos son un complemento del cartel, por eso ninguna muestra la corona, la corona de todas es la luz, el sol que corona el manto compuesto del cartel. Los dibujos son los retratos que no pude hacer en el cartel. Son retratos en el sentido estricto del término, quiero que cada espectador pueda identificar claramente a la Virgen de su hermandad, y eso ha sido el reto, con un acabado fresco y sencillo, pero un retrato reconocible y único de cada una, que sin embargo por tratamiento se igualan en la serie. Toda gira en torno a la misma idea, extraer la unidad de las particularidades de cada una. Según avanzaba el cartel me parecía que podía ser un hermoso complemento identificar cada parte del manto con un dibujo específico de cada rostro, incluso pensé hacer que se pudiera visualizar en realidad aumentada desde un dispositivo móvil de alguna forma, así que ofrecí al Consejo hacer estos dibujos si les parecía bien para el programa. Creo que el programa y el cartel forman parte de la misma experiencia.
¿Cómo vivirá la Magna Mariana?
Pues espero disfrutar esta ocasión histórica en compañía de familiares, amigos y paisanos, me consta el enorme trabajo que hay detrás de este acontecimiento por parte de todos los implicados, y agradezco que me hayan permitido formar parte del mismo con mi obra, acompañando desde balcones y escaparates este singular cortejo.